Muchos despachos de abogados afrontan retos al trabajar en equipo con personas de diferentes edades. Aunque es cierto que las diferentes generaciones siempre se han encontrado en los espacios de trabajo, los grandes avances tecnológicos y su generalización desde hace más de un par de décadas, hacen que actualmente los problemas sean más palpables.
El principal avance tecnológico que ha afectado a los bufetes de abogados ha sido, por supuesto, el internet. Una herramienta con tanto potencial, que si el despacho no se adapta a ella, puede suponer que se quede totalmente desfasado como negocio.
Problemas de tener una plantilla con abogados de diferentes generaciones.
Los principales problemas de tener que conjuntar una plantilla con trabajadores jóvenes y veteranos, son las diferentes formas de hacer las cosas.
1. Los veteranos no usan internet con eficiencia y para muchas cosas, necesitan demasiado tiempo.
2. Cuando internet no funciona, los jóvenes están absolutamente perdidos y no saben cómo reaccionar.
3. Los veteranos imprimen demasiado papel, con el gasto y problemas de espacio que eso implica.
4. Los jóvenes no imprimen nada y confían demasiado en que la conexión nunca fallará.
5. Los veteranos dependen demasiado del teléfono y los encuentros personales, sin sacar partido a las videollamadas y los correos electrónicos.
6. Los jóvenes consultan sus celulares en todo momento, en ocasiones, faltando al protocolo en reuniones de trabajo.
En realidad, estas limitaciones de cada grupo se pueden minimizar haciendo que trabajen juntos. Para ello, el único problema real que hay que vencer es la desconfianza de los unos hacia los otros y viceversa.
¿Cómo se pueden superar estos problemas?
Salvo honorables excepciones, la mayoría de los trabajadores veteranos son reacios a cambiar las cosas. La principal razón de este comportamiento es la inseguridad. Si una persona lleva 20 años haciendo las cosas de una manera y siempre ha funcionado, cambiar la forma de hacerlo hará que tenga que pasar por los problemas comunes del aprendizaje:
1. Hacer las cosas más lentamente
2. Tener que repetir alguna cosas que se hagan mal
3. Inseguridad sobre el resultado final
Sin embargo, las aplicaciones tecnológicas en los lugares de trabajo, están pensadas para ser más eficientes, por lo que a largo plazo el esfuerzo hecho compensará esos primeros intentos dubitativos.
Si hay algo que puede marcar la diferencia para que un trabajador adopte la tecnología sin quejas, ese algo es que mejore sus condiciones. Si gracias a una aplicación, tus abogados van a hacer más en menos tiempo, por supuesto puedes pedir más productividad y que al final del día hayan terminado más trabajo. Pero si haces esto, que es beneficioso para ti como gerente, ellos también deben percibir alguna ventaja. Una de las mejores formas, es ofrecerles incentivos económicos por mejorar la productividad. Deben ser objetivos de productividad alcanzables y reales. Si tú vas a ganar más, es justo que ellos también lo hagan.
Por otro lado tenemos a los trabajadores más jóvenes y dependientes de las tecnologías. Para ellos, hacer algunas cosas a como se hacían antes parece una pérdida de tiempo. Pero, por ejemplo, lo cierto es que, en algunos casos, la seguridad recomienda guardar ciertos papeles en formato físico y tener archivadores que no dependan de la electricidad. De la misma manera, deben saber cómo comportarse en una reunión de negocios (sin estar pegados al celular) y, en definitiva, conseguir que la tecnología sea un recurso más y que se aproveche, pero que genere la menor dependencia posible, para que todo funcione correctamente cuando esta falle.
Para conseguir esto, siempre es buena idea establecer equipos de trabajo, de modo que los jóvenes puedan aprender de los veteranos. De esta forma, generarás un respeto mutuo y facilitarás la comunicación.
Un código de valores claro y bien comunicado, también ayuda a que los trabajadores se sientan identificados con la empresa y cómodos al actuar porque sabrán cómo comportarse en todo momento.
Fomenta las reuniones formales e informales, evita transmitir estereotipos y valora la predisposición al aprendizaje. Con esto, una organización con trabajadores de varias generaciones será mucho más sana y capaz que una plantilla de trabajadores en la que todos tienen más o menos la misma edad.
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